jueves, 9 de enero de 2014

Iniciación al número. Con material del contexto.

Nombre de la actividad: “¿Qué cantidades hay alrededor?”
Edad:

  • 6 años 
Propósito: 

  • El niño ha de construir conjuntos con los mismos elementos que la realidad bien conocida le presenta como modelo.
Contenido matemático (de acuerdo a propuesta ABN): 

  • Iniciación al número. Establecimiento de referentes físicos comunes con significado.
Competencia que se favorece: 

  • Utiliza los números en situaciones variadas que implican poner en práctica los principios del conteo
Aprendizajes esperados:  

  • Compara colecciones, ya sea por correspondencia o por conteo, e identifica donde hay “más que”, “menos que”, “la misma cantidad que”.
Materiales: Referentes físicos en el contexto que impliquen numerosidad. Por ejemplo: número de las puertas de la habitación (1), las orejas de mi cabeza (2), numero de tablitas en la mesa (3), las patas de la mesa (4), los dedos de una mano (5) etc., objetos que el contexto le ofrezca con los cuales formar conjuntos.

Descripción de la actividad:
El niño a partir de una premisa ha de construir conjuntos con los mismos elementos que la realidad bien conocida le presenta como modelo. Cuando no se tenga un modelo sencillo y accesible para algún número dígito, se puedes sustituir por el correspondiente número de dedos.
Las premisas tienen que contener este tipo de instrucción: Dame tantas cosas como cola tiene un perro; dame tantas cosas como ojos tiene un niño etc.

Desarrollo de la actividad: 
Empecé la actividad explicándole a la niña de que se trataba la actividad, le dije que le iba pedir cosas que estuvieran a su alcance dependiendo con la(s) cosa(s) con las que estaba familiarizada.
Al principio hubo un poco de confusión pues las instrucciones que yo le daba no eran tan acordes con lo que ella acostumbra; en ese caso le pedí: "Dame tantas cosas como un niño tiene cabezas", después ella intuía que yo, al decir "tantas", me refería que me debía dar muchas cosas. 
Después yo le preguntaba ¿Cuántas cabezas tiene un niño? y ella contestaba ¡Una!, y después de repetir algunas veces la primera premisa, pareció entender, y las siguientes instrucciones ya no representaron tanta dificultad como la primera (aunque si hubo un poco de confusión por la estructuración de las instrucciones).

Resultados: 
Creo que la actividad se desarrolló adecuadamente, solo que después de un rato, a la pequeña se le habían terminado las ganas de trabajar y por eso ya no se esforzaba mucho. (Se que entendió la actividad, porque en la siguiente actividad (parecida a esta), pero con el uso de un cuento para trabajar, la actividad la resolvió mucho más animadamente y correctamente también.

Evidencias en vídeo:

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